Fernando Valladares cree que ahora “se abre la oportunidad” de crear “una nueva sociedad” que construya “un mundo más sostenible a largo plazo”
Santander, 19 de julio de 2019-. El doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid y profesor de investigación en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Fernando Valladares, asegura que en el Antropoceno, era geológica actual, “se abre la oportunidad” de crear “una nueva sociedad” que construya “un mundo más sostenible a largo plazo”.
Valladares explica, en una entrevista concedida a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), que el Antropoceno constituye el periodo de tiempo “en el que la actividad humana tiene una fuerte injerencia en los procesos naturales y se pone en entredicho” el “propio bienestar” de los seres humanos “a largo plazo”.
El biólogo está dirigiendo esta semana en la UIMP la cuarta Escuela de Medio Ambiente “Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno”, que este año ha tenido lugar bajo el título Los desafíos del Antropoceno: de la investigación y la comunicación a una nueva gobernanza de los recursos del planeta.
Valladares, que también ejerce como profesor asociado de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, apunta que el curso, de cinco días, arrancó con un diagnóstico de la situación actual y un análisis de sus principales problemas y amenazas, para pasar después a “aspectos que tienen que ver con la gobernanza global”. A ese respecto, opina que los retos planteados a nivel mundial “requieren una gobernanza más generosa, más amplia de miras, de lo que se está viendo en la actualidad”.
El encuentro concluirá hoy, viernes 19 de julio, abordando las oportunidades que se abren “con los grandes cambios ambientales que el ser humano induce en el medio ambiente”, y que, según indica Valladares, son económicas, tecnológicas y sociales. “Son oportunidades que tienen su lado bueno y su lado malo. Y sobre eso reflexionaremos el último día, a modo de cierre, para dejar un mensaje no tan catastrófico, que es la primera derivada del diagnóstico inicial sobre el cambio global y el cambio climático”, señala.
Entre esas oportunidades, destaca el desarrollo de tecnologías, como las energías renovables, que faciliten “el día a día” de los ciudadanos, permitiéndoles dejar “una huella ambiental más pequeña”. “Pero se abren oportunidades en un sentido más amplio, en cuanto a la creación de una nueva sociedad”, dice el biólogo, para quien, en esa transformación, han de tomar parte “muchos actores”, sociales, científicos o técnicos.
“Todos esos actores tienen que contribuir. Es una oportunidad que pueden aprovechar para hacer un mundo más sostenible a largo plazo”, considera, y asegura que las nuevas generaciones ya “vienen preocupadas” por esta transición.
“Las oportunidades están ya aquí, no debemos esperar a que dentro de equis años ocurra nada, porque ya está ocurriendo. Una de las características del Antropoceno es que el cambio ya está aquí, que llevamos mucho tiempo con grandes cambios y que ya tenemos experiencia, conocimientos y motivación para aprovechar esas nuevas situaciones”, reitera.
Valladares impartió el pasado lunes, 15 de julio, la conferencia Bienvenidos al Antropoceno, la era del cambio global, incluida en el ciclo de conferencias de la UIMP En contexto y cuyo objetivo fue “dar la bienvenida a la sociedad a un mundo en constante cambio”.
En esa cita, incidió en el cambio climático “como un buen ejemplo de colisión de intereses y de visiones”. “Los científicos dicen una cosa, algunos políticos quieren entender otras y la sociedad desearía que ocurriera otra cosa”, dice.
“Ilustré por qué los científicos estamos tan seguros de que parte del cambio climático actual, y la parte más importante, más rápida y más preocupante, es responsabilidad nuestra”, comenta Valladares, quien, durante su estancia en la UIMP, también ha insistido en “cómo” los seres humanos son los que sufrirán “buena parte de esos impactos del cambio climático”. “El planeta va a seguir ahí, y mucha de la biosfera, y de la biota, y de los organismos y de la biodiversidad, va a seguir sin nosotros, si seguimos por esta vía de colisión”, advierte.
Por todo ello, insiste en que es necesaria una “reflexión” acerca de la capacidad de los humanos de “impactar el planeta”, que “es mayúscula”. “Tenemos una capacidad que hace apenas unas décadas nunca se nos hubiera ocurrido, y lo paradójico es que los impactos principales no son a propósito; por ejemplo, le hemos cambiado el eje de inclinación a la Tierra sin querer”, ilustra.
“Es como un aprendiz de brujo, que de pronto tiene unos grandes poderes y, en ocasiones, no es ni consciente de los efectos que están teniendo sus actuaciones”, indica Valladares, quien incide en que es preciso “no negar esa capacidad de alterar las cosas, el clima o los ecosistemas” y admitirla y afrontarla pensando en el “bienestar” de los seres humanos y “en la sostenibilidad a largo plazo de las condiciones que han favorecido la vida en el planeta”.
Foto: Esteban Cobo (UIMP)