El Centro Botín y el Archivo Lafuente defienden su condición de instituciones privadas con “vocación pública”
Santander, 16 de julio de 2019-. El director artístico del Centro Botín, Benjamin Weil, y el coleccionista y propietario del Archivo Lafuente, José María Lafuente, han participado este martes en el séptimo Encuentro de Coleccionismo, Arte Contemporáneo y Sociedad que acoge la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), y que en está ocasión se está celebrando bajo el título El sector profesional del arte contemporáneo y el coleccionismo. Un futuro mejor a través del diálogo y el debate. En la jornada de hoy, ambos han defendido la “vocación pública” de sus entidades, de carácter privado.
En este sentido, Weil ha asegurado que el Centro Botín, cuya colección “tiene vocación de servicio público”, procura actuar con “el mismo rigor” que se le presupone a cualquier institución que dependa del Estado, lo que, a su juicio, implica “cuidar las obras” propias y las que se le presten, incluso aquellas que no naciesen con “el objetivo de durar en el tiempo”, así como “contextualizarlas” mediante distintas publicaciones, para que puedan ser comprendidas correctamente por el público.
Aun así, ha admitido que existen una serie de condicionantes intrínsecos a la naturaleza del centro que determinan cómo es la selección de las piezas artísticas que se exponen en él.
“Pienso que una colección privada es el resultado de un punto de vista, el punto de vista de las personas que van acumulando su pasión, su interés, y van construyendo algo que realmente es una mirada particular sobre el estado del arte”, ha opinado.
Weil ha aludido también a la influencia que tienen sobre el Centro Botín algunas de las iniciativas de la Fundación Botín, como las Becas de Artes Plásticas o sus talleres, planteadas con el objetivo de “establecer una relación duradera con los artistas” que participan en ellas.
Los proyectos que desarrollan ambas instituciones, ha señalado, se basan en la “idea” de “compartir el conocimiento”, “fomentar el crecimiento profesional de los artistas” y “acercar a un público cada vez más grande la creación contemporánea”.
El director artístico considera que esos parámetros “quizá provocan que el Centro Botín no sea tan objetivo al elegir las obras como otros museos”, al priorizar la generación de un vínculo extendido en el tiempo con los creadores que, en un momento inicial de su carrera, entran en contacto con él.
Por su parte, José María Lafuente ha abordado la posible llegada, de la que es promotor, del Museo Reina Sofía a la capital cántabra, en forma de su primera sede asociada.
“El Reina Sofía no viene como un ovni a Santander”, ha reiterado el coleccionista, quien ha recordado que las dos entidades firmaron en 2012 un convenio de préstamo e hicieron lo propio con uno “más amplio” de colaboración en 2016. “Si todo sale como esperamos, esto dará origen a lo que se va a llamar Centro Asociado Reina Sofía-Archivo Lafuente”, ha dicho.
Ha centrado el resto de su intervención en los motivos por los que se ha llamado “archivo” a su colección, y ha explicado que “el principal” es que esta no solo está compuesta por fondos documentales, sino que es “bastante más amplia” e incluye otras piezas, como fotografías o pinturas.
Lafuente ha destacado la labor de catalogación realizada por las doce personas que trabajan en el Archivo Lafuente, diez de ellas en Cantabria, llevando a cabo trabajos de investigación, compilación y análisis de las obras recopiladas, enfocados a su difusión. Ha concretado que de las cerca de 130.000 piezas de arte de que dispone, 110.000 ya forman parte de un catálogo informatizado.
Junto a Weil y Lafuente, en la mesa redonda Coleccionismo, museos y centros de arte han participado la coordinadora del Centro de Arte Alcobendas, Belén Poole; el director del Museo Patio Herreriano, Javier Hontoria; y el conservador de Artium Daniel Castillejo.
Mañana, miércoles 17 de julio, tendrán lugar tres mesas redondas, en las que se hablará de las interferencias entre el coleccionismo, el género, las empresas culturales y otros mercados distintos al del arte.
Foto: Esteban Cobo (UIMP)