Visita la sede de la UIMP en Valencia un destacado opositor cubano
Con el objetivo de analizar el poder de las redes sociales y la capacidad disruptiva de la tecnología en los ámbitos sociales y políticos, la Fundación Hispano Cubana, con la colaboración de diferentes organismos e instituciones de la sociedad civil valenciana, ha finalizado en Valencia el seminario “Disidencia política y activismo social: La democracia en la era de la comunicación 3.0”.
En la foto (izq. a dcha.) Luis Moreno García, coordinador de la UIMP en Valencia, Jorge Luis García Pérez “Antúnez” y Antonio Lastra, director del Observatorio de Ciudadanía y Estudios Culturales.
El evento es una de las acciones llevadas a cabo por el Instituto de Formación y Estudios Sociales de la Fundación Hispano Cubana. Tiene como objetivo consolidar las iniciativas democráticas dentro de la isla, a través de proyectos formativos que permiten recibir una actualización en contenidos relacionados con nuevas tecnologías, marketing político o comunicación, entre otras áreas.
Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, prisionero del régimen durante 17 años, y una de las figuras más queridas y respetadas tanto por la disidencia en Cuba como por el exilio, valoró el seminario como una oportunidad única, ya que en Cuba no solo faltan equipos, sino sobre todo hay una gran carencia informativa.
Durante su visita a Valencia, Antúnez también tuvo la oportunidad de conocer el funcionamiento de las instituciones democráticas de la ciudad, como el Ayuntamiento y el Palacio de las Cortes Valencianas; asimismo fue recibido y departió con miembros de otras organizaciones del ámbito civil, académico y empresarial, como Amnistía Internacional, la Editorial Aduana Vieja, el Centro Europeo de Empresas Innovadoras y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
En palabras de la Fundación, Cuba es uno de los países con mayor censura estatal sobre Internet y los medios de comunicación, a pesar de que las últimas medidas del gobierno de Raúl Castro han permitido que gran parte de la población pueda adquirir ordenadores y teléfonos móviles. Para conectarse a la red deben hacerlo a través de la fibra óptica que les provee el régimen, con grandes limitaciones de velocidad y con un sistema de vigilancia y control sobre las comunicaciones que imita el modelo del cortafuegos chino (más conocido como “la gran muralla china”).