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James Alison: “Necesitamos paciencia, no permitir que el tiempo presente nos aplaste, para conseguir ser creativos.”

James Alison ha participado esta mañana en el seminario “La construcción de la identidad en tiempos de crisis: el papel de la violencia y la religión”. En su intervención ha reivindicado el papel de la esperanza en la sociedad actual, una esperanza que permite el cambio hacia nuevos horizontes.

Foto-Alison-web

Valencia, 12 de junio de 2015. James Allison (1959) se sienta a conversar con nosotros sobre el papel de René Girard y el proyecto IMITATIO, dentro de la Fundación Thiel, colaboradora del seminario. Allison es un teólogo con marcado interés práctico, que busca una comprensión profunda de la realidad. Lleva treinta años realizando una revisión antropológica que le permita afrontar los desafíos de una sociedad que genera personas cada vez más aisladas. Tiene una gran cordialidad en el trato y sonríe con facilidad, enfatizando con gestos sus mensajes. Poco antes de retomar las clases, nos atiende en el patio interior del Palau de Pineda:

Esta mañana ha tratado usted la sociedad actual como una sociedad en la que impera la “psicología pop”, acompañada de un cerramiento de las personas, que nos hace desconfiados e individualistas. ¿Podría desarrollar estos aspectos?

̶  La sociedad contemporánea tiene unos puntos de referencia que hacen que prevalezcan. Nos imaginamos como seres individuales, lo que nos conduce a pensar que nuestros pensamientos son nuestros, creados por nosotros. Esta es una característica de la modernidad occidental, pensar que la mente domina todo.

¿Qué nos puede aportar el pensamiento de René Girard una vez aceptamos este diagnóstico de nuestras sociedades?

̶ En otro sentido Girard aboga por una antropología diferente. Somos seres miméticos. Lo que somos lo somos a partir de los otros, y lo que deseamos lo deseamos a partir de los otros.

Pero de un autor francés y con un pensamiento complejo, ¿cómo aparece la colaboración entre la Fundación Peter Thiel y la obra de Girard?

̶ René Girard ha sido profesor de Stanford, universidad en la que estudió Peter Thiel, conocido por fundar PayPal y ser el primer inversor en Facebook. Thiel recibió clases de Girard, aunque Thiel observó que era poco apreciado por su carácter interdisciplinar. Dentro del gran trabajo filantrópico de Thiel, se encuentra la fundación que lleva su nombre y que desarrolla el proyecto IMITATIO, centrado en la teoría mimética de Girard.

Y es dentro de este diagnóstico de la sociedad contemporánea donde surge la necesidad de reivindicar la “teoría mimética” de Girard. ¿Qué función cumple el proyecto IMITATIO dentro de esta actualización de Girard?

̶ Este proyecto persigue dos objetivos. En primer lugar, asegurar textos de calidad de la obra de Girard. Pensemos la necesidad que tenemos de lograr traducciones “ecuménicas” que puedan ser igualmente tratadas en todos los países de habla hispana. Por otro lado, se busca profundizar en su obra a través del desarrollo y fomento de la investigación de su obra. La intuición mimética de Girard tiene un componente dinámico que hace que tenga que ser revisada continuamente en función de las circunstancias.

Unas circunstancias, las actuales, en las que la sociedad se presenta con un marcado carácter hedonista, buscando un placer rápido e intenso….

̶̶ En este punto resulta de interés Girard. Gracias a él podemos ver que el deseo tiene un componente constructivo en nuestro pensar. De hecho, es el deseo el que puede determinar cómo pensamos. El pensamiento abstracto, la posibilidad de pensar de forma pura, no es lo primero. Dentro de esta sociedad tan precipitada necesitamos paciencia, no permitir que el tiempo presente nos aplaste, para conseguir ser creativos.

La esperanza la asociamos hoy a la ingenuidad, pero usted ha defendido esta mañana el papel de la esperanza, ¿qué papel cumple la esperanza en la sociedad tan acelerada como la nuestra?

̶ En este aspecto el papel de la esperanza es esencial. Es necesario incorporar un relato que nos permita reinterpretar el pasado, a la vez que obtenemos un presente más rico. De esa forma estiramos el tiempo, le damos un sentido y logramos ser hijos de la esperanza.